Solo otra (puta) teoría
El 99,5% de las
especies que han habitado el planeta Tierra en algún momento de su historia
están ya extinguidas. A lo mejor convendría empezar por aquí cualquier charla
de cualquier tema, incluidas las ruedas de prensa del gobierno. No por el
contenido del mensaje, que no debiera inquietarnos por ahora, sino para captar
la atención de un oyente deseoso de narrativas, anhelante de cuanto se puede
explicar por la ilusión de la causa y el efecto.
Si fuera el
gerente de un equipo de la NBA no me preocuparía demasiado por contratar al
mejor especialista en Analytics o estadística avanzada mientras la obtención de
los datos proceda de las mismas fuentes que utilizan los rivales y los
encargados de procesarla sigan siendo humanos más o menos capaces. Es posible
que un buen especialista en estas áreas matemáticas ayude a mirar al entrenador
y pueda conseguir que este se haga las preguntas más apropiadas, pero para eso
hace falta que este sea humilde y acepte desprenderse de sus viejas ideas,
basadas en la observación de todo aquello que venía a corroborarlas y la no
observación de cuanto pudiera incomodarlo.
Supongamos que
la consolidación de este nuevo acceso al conocimiento de lo que ocurre en una
cancha se produjera hace cinco años aproximadamente. Supongamos que tras un
vistazo al palmarés de equipos campeones en la NBA en ese período averiguásemos
que ninguno de sus entrenadores tenía experiencia previa en la liga. Supongamos
que hay una correlación clara entre la humildad de Steve Kerr, Tyronne Lue y,
joder, me cuesta recordar su nombre, Nick Nurse, y los éxitos de sus equipos. Mi
teoría explicativa de lo sucedido en los últimos cinco años en la NBA se
resumiría en lo siguiente: contrata entrenadores humildes.
Ah, sí, lo de la
línea de tres. Mi teoría para lo de la línea de tres es la siguiente. En 2013 y
2014 la liga se la jugaron San Antonio Spurs y Miami Heat. Los de Miami tiraron
21,6 y 22,5 triples de media por partido, mientras que los de San Antonio
clavaron una media de 21,4. La fórmula ganadora era entonces la siguiente:
lanza entre 20 y 23 triples y llegarás a la final de la NBA. El siguiente año
ganaron los Warriors, lanzando 27, 4 y los mismos Warriors, tirando 31,8, batieron
el récord de victorias en temporada regular la siguiente campaña. Cambió la
fórmula ganadora.
Los Warriors
lideraron la estadística ese año, pero progresivamente, durante tres campañas
más, redondeadas con dos anillos y una final, fueron perdiendo posiciones en
la tabla de equipos con más lanzamientos de tres puntos, siendo quintos en la 16-17
y decimocuartos en la 17-18 manteniendo, eso sí, los promedios en cifras
próximas a 30 mientras la fiebre recorría los despachos y los banquillos de la
NBA. Mi teoría sería: La NBA copió un modelo, y lo adornó con sofisticados
argumentos matemáticos para generalizarlo, pero si hubiera que poner un número,
sin haber hecho la correlación, estaría más próximo a los 30 que a los 40
triples, Morey debería saberlo.
Luego mi teoría
sería la siguiente: Klay Thompson, Stephen Curry con sus superiores condiciones
para el tiro exterior, Larry Riley (y todos los GM que permitieron que jugaran
juntos optando por otros perfiles en base a prejuicios tan variopintos como el
endeble físico de Steve o el jugueteo de Klay con las drogas), y Steve Kerr
cambiaron el juego. Los matemáticos llegaron después, como Stanley a la orilla
del Lago Tanganica, para descubrirlo.
En fin, esta es
solo otra teoría, una teoría que descarta todo aquello que la rechaza, que escoge
todo aquello que la confirma, que dice más del autor que de baloncesto y que
será tan útil como todas las demás si te la crees y te permite no titubear
durante la batalla, la batalla dialéctica, me refiero, que es la única que se está
librando hoy en día, mientras los pabellones esperan desiertos a que alguien
vaya a ocuparlos, con estas teorías o
con otras. Y tampoco les importa si el porcentaje de especies extinguidas
asciende en unas centésimas próximamente. Seamos humildes, tíos, como Kerr, Lue
y… Joder, sí, Nick Nurse.
UN ABRAZO Y BUEN
BALONCESTO PARA TODOS
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