Sports
Illustrated, revista semanal perteneciente al gran grupo de
comunicación Time Warner, con más de tres millones de suscriptores
y más de veintitrés millones de lectores, acaba de publicar su
particular clasificación de los cien mejores momentos de la historia
del deporte. A pesar del claro sesgo geográfico-patriótico
reconocido por los propios creadores de la lista, lo cierto es que se
trata de un magnífico repaso de varios de los grandes hitos de la
epopeya moderna. Su carácter polideportivo, con más de veinte
deportes representados, genera una envidia sana entre quienes vivimos
encadenados en el monopolio del fútbol y su vulgaridad asociada,
para quienes, desasistidos, sufrimos una dieta repleta de caspa
grasienta y mórbida.
Diecisiete
de esos momentos son baloncestísticos. Uno de ellos, dosis escasa,
hace referencia al ámbito femenino: la gesta de las Huskies de la
Universidad de Connecticut al conseguir noventa triunfos consecutivos
entre 2008 y 2010 y que ocupa la 73ª posición. Otros siete
comparten con este hecho su carácter colegial. No podían faltar el
momento del anuncio de la retirada de John Wooden (63º), dos días
antes de conseguir su décimo y último título en 1975. Los Bruins
de UCLA también están presentes en la posición 46ª gracias al
partido “casi perfecto” de Bill Walton en la final de 1973 frente
a Memphis State con 44 puntos en una serie de veintiuno de veintidós
tiros de campo. Tienen lugar reservado, faltaría más, las grandes
gestas de esos equipos modestos que se rebelaron contra el poder
establecido: Villanova Wildcats 1985 (52º), North Carolina State 1983 (26º) y, por supuesto, los protagonistas de la película Glory
road, el equipo de Texas Western (23º) que, con el primer quinteto
compuesto únicamente por afroamericanos, venció a la poderosa
escuadra de Kentucky en la final de 1966. Por último, en esta
categoría universitaria, los periodistas del magacín decidieron
destacar también el primer gran duelo entre Larry Bird (Indiana
State) y Magic Johnson (Michigan State) en el que se impondría el
college del segundo por 75 a 64 frente a una audiencia millonaria en
lo que se podría definir como el punto de partida del baloncesto
moderno (30º) y, finalmente “The shot”, es decir, el tiro
anotado por Christian Laettner sobre la bocina y que le dio el
triunfo a su universidad, Duke, frente a Kentucky en la Final
Regional de 1992 (11º).
Sirviéndome
de la final de la NCAA de 1979, tal y como he anunciado previamente,
como punto de inflexión entre el baloncesto clásico y el moderno
(más por la necesidad de no generar un párrafo de dimensiones
ciclópeas que por rigor histórico), cinco de los nueve
acontecimientos reseñados sobre NBA pertenecen al primer período.
El primero de ellos, cronológicamente hablando, nos sitúa en 1957,
en la fecha de la conquista del primer anillo de los Boston Celtics,
en la génesis de la mayor dinastía del deporte mundial (89º).
Cinco años después, el individuo quiso imponerse sobre la
concepción colectiva del juego. Un 2 de marzo de 1962, Wilt
Chamberlain elevó a 100 el récord de puntos anotados en un solo
partido (16º). Tres años más tarde, la conjunción de un robo
decisivo, el de John Havlicek tras el saque de Hal Greer en el
séptimo partido de la Final de Conferencia entre Boston Celtics y
Philadelphia Seventy Sixers, y una narración orgiástica, la del
siempre recordado Johnny Most, colocaron este acontecimiento en el
sexagésimo primer puesto de la lista. El 8 de mayo de 1970, de
manera inesperada, Willis Reed, ausente en el sexto partido por una
grave lesión de rodilla, pudo saltar a la cancha del Madison para
meter los cuatro primeros puntos de su equipo y generar el ambiente
propicio para que los Knicks vencieran a los Lakers de Chamberlain,
Baylor y West y obtuvieran, así, el primer anillo (38º). Por
último, antes de que Bird y Magic irrumpieran en la escena,
nuevamente los Celtics, protagonistas omnipresentes de este período,
aparecen en la lista como copartícipes y vencedores del considerado
“mejor partido de la historia del baloncesto”, el quinto de las
finales de 1976 que les enfrentó a los Phoenix Suns de Paul Westphal
(79º).
Por
último, destacar los cuatro eventos reseñados en la era “después
de Magic y Bird”. El primero, cómo no, le corresponde al primero
de ellos, a sus 42 puntos, 15 rebotes y 7 asistencias en el séptimo
partido de las finales de 1980 ante Philadelphia y en ausencia de
Kareem (66º). El segundo, para el segundo de ellos y su robo
milagroso en el quinto partido de las finales de la Conferencia Este
entre Boston Celtics y Detroit Pistons y que se tornaría finalmente
decisivo. Vean completo, si pueden, el transcurso de la acción y
valoren cómo un hombre, humillado por un tapón, puede levantarse y
protagonizar el mejor y más importante robo-asistencia de la
historia (95º). El tercer momento es también para Magic y su MVP en
un All Star, el de 1992, cargado de simbolismo tras haber anunciado
meses antes que había contraído el VIH (40º).
Por
último, su nombre merece un párrafo aparte, destacar el duodécimo
puesto que la revista le reserva al sexto partido del sexto anillo
conseguido por Michael Jordan y los fantásticos Chicago Bulls de los
noventa (12º). Sin duda, el atleta que más portadas ha protagonizado en
este magacín, debía quedar notoriamente representado en esta lista
a través de uno, quizá el más icónico de todos, de entre los
cientos de momentos en que nos ha deleitado gracias a su excepcional
talento y ética de trabajo.
Finalizado
el repaso, solo me queda invitarles a que naveguen por este museo de
la historia del deporte que es la revista Sports Illustrated y, más
concretamente, por este especial dedicado a los cien momentos que consideran más relevantes. Y si echan en falta alguno especialmente, por favor, comenten.
UN
ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
1 comentarios:
Muy bueno. Al final quedan esos breves momentos de magia que a veces compensan lo demás...aunque si vuelvo a leer más del puto periscope empezaré a dudarlo xD
Un saludo :)
Publicar un comentario