En
la mano de John Wall, ahora fracturada, depositaron los Wizards su
destino cuando la eligieron, junto al resto de elementos de su
cuerpo, en el número 1 del draft de 2010. El base, oriundo de
Raleigh, Carolina del Norte, y alumno de la Universidad de Kentucky,
promediaba más de 17 puntos y 12 asistencias en estos playoffs.
Cinco huesos rotos parecen presagiar, en cambio, para desgracia de
los buenos aficionados, que estos números no se verán alterados de
aquí a junio. Sí, en cambio, las posibilidades de los capitolinos
para quienes la eliminatoria contra Atlanta, pese a haber recuperado
el factor cancha con la victoria inicial, se ha puesto muy cuesta
arriba sin su base.
Y si
hablamos de giros copernicanos en una eliminatoria, debemos hacerlo
también del regreso a las pistas de Mike Conley. Pese a portar una
poco lustrosa máscara de plástico sobre su rostro aún demacrado y
aun luciendo un derrame poco halagüeño en el ojo izquierdo, su
presencia en la pista sirvió para espolear a los Grizzlies y para
recordarles, de paso, que en sus cromosomas viene inscrita la palabra
DEFENSA. Volando en el balance a proteger su propio aro sin descuidar las
amenazas exteriores y atravesando las pantallas que buscaban conceder
el medio segundo que necesitan Thompson o Curry para tirar, Tony
Allen y el resto de esbirros al servicio de Dave Joerger cortaron de
raíz, durante el segundo encuentro, las fuentes de anotación de los
chicos de un Steve Kerr a quien ya imagino revisando cintas antiguas
tratando de averiguar cómo Phil Jackson y sus Bulls encontraron
soluciones para derrotar a los Karate Knicks de Pat Riley o a los bad
boys de Chuck Daly en los 90.
Va
de bases, como ya habrán podido comprobar. Y es que como ya
adelantábamos hace meses, este es su siglo. Base por excelencia,
maestro ondeando la batuta al ritmo que más conviene, virguero en el
uno contra uno y resolutivo en cualquiera de las fórmulas de pick
and roll, la presencia de Chris Paul se nos intuye necesaria con el
1-1 que lograron situar los Rockets tras la victoria angelina
inicial. La elasticidad de sus isquiotibiales es una incógnita, pero
a sus 30 años recién cumplidos, Chris Paul no puede dejar pasar como anécdota su
quehacer heroico ante los Spurs sin intentar, al menos, probar el
olor de las finales.
Unas
líneas, finalmente, para terminar con la NBA, para la eliminatoria
entre Cavaliers y Bulls, definida, hasta la fecha, por el papel que
en ella han ejercido Derrick Rose y Lebron James. Ante la
consistencia de Irving, Gasol o el resto de acompañantes en la
elaboración de sus números, todo parece indicar que seguirá siendo
la excepcionalidad del papel de sus respectivas estrellas la que
decante la contienda a un lado o a otro y yo, por si les sirve de
algo, no suelo apostar en contra de Lebron.
Por
último hablar de la confirmación oficial del nombramiento de
Scariolo como seleccionador nacional. Chirría, dicen los que saben,
que con tanto egresado del Curso de Entrenador Superior y estando los
banquillos de la principal liga del país ocupados por apellidos
castizos, (Laso, Pascual, Plaza,...) el máximo cargo técnico de la
federación descanse en manos de un italiano, por muy adaptado que
esté a las tradiciones patrias. En cualquier caso, afirman los
otros, que también saben, que mejoramos prestaciones en comparación
con Orenga; que este por lo menos sabe llevar un vestuario y hacer
rendir a un equipo tras una breve concentración. Y yo, pues no sé
qué decir. Leo a Gasol feliz y si viene Gasol pues oye, con independencia de quien marque los sistemas, se nos abre el cielo de Río de Janeiro, al que aspiramos a
entrar por la puerta y saludando a San Pedro, esto es, llegando a la
final del Eurobasket, y no a través del Purgatorio tras pasar una
temporada en el infierno (Preolímpico).
UN
ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
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