J´accuse.
Hace un año, finalizado el Eurobasket, más como un ejercicio
discursivo y de retórica que en base a planteamientos personales,
defendí la actuación de Orenga como entrenador. Este año resulta
imposible elaborar un sólido argumentario que no produzca en el
lector una súbita carcajada de incredulidad. Este año toca acusar y
señalar con el dedo de la responsabilidad a quienes situaron en el
cargo a un hábil funcionario de la federación sin apenas currículo.
La selección jugó algunos buenos partidos, pero apenas pude
reconocer un estilo entre las demostraciones de talento de Pau Gasol.
El miércoles, cuando había que echar mano del ingenio táctico,
escasearon los recursos y Francia, como reconocieron algunos
jugadores al terminar el encuentro, demostró saberse de memoria la
tabla del tres, es decir, el limitado bagaje estratégico de una
selección cuadriculada, lenta y carente de equilibrio
interior-exterior.
Juniors
de oro. Hace mucho que no escucho esta expresión. Lisboa,
aliviadero final del Tajo y plataforma de lanzamiento de esta
generación, queda ya muy lejos. El equipo perdió aquella juvenil
frescura con el paso de los años y con los cambios en el banquillo.
Nunca he sido muy de Pepu, pero él fue, sin duda, el que mejor supo
encauzar la inconsciente ilusión de este grupo de jugadores
ignorante de lo que es el miedo a perder. Con ellos algunos jóvenes
realizamos iniciáticos viajes que contribuyeron a que nos
enamorásemos del baloncesto. Con su final, a pesar de la lluvia de
medallas en categorías inferiores, experimentaremos un gran vacío.
No se atisban talentos de su enjundia por la base. Los directivos
intentarán que el muerto siga con vida durante el Eurobasket de 2015
que otorga plazas para los Juegos de 2016. Será clave el nombre del
nuevo seleccionador para que a Gasol y compañía les apetezca pasar
otro verano juntos ahora que ya no se quieren como antes, ahora que
ni siquiera les resulta divertido compartir un balón naranja.
Golpe
de gracia. Este fracaso no ayuda en nada a las perspectivas de
nuestro deporte ni a su búsqueda de nuevos y jóvenes aficionados.
La presencia de ídolos y los triunfos de la selección han
contribuido a que la depresión no fuera más profunda. No veo a
Abrines o a Hernangómez canalizando las ilusiones de los chicos,
viviendo por ellos los sueños que pocos cumplirán. Habrá que
seguir buscando en Estados Unidos, cuya selección, por cierto,
además de ganar se sabe comprometida con la venta y difusión de la
marca NBA.
¿A
qué hora juega España esta noche? Aunque resulta difícil de
creer que esta noche no juega España me apetece ver a Serbia.
Teodosic, Bogdanovic, Bjelica o Krstic medirán su talento a la
capacidad destructiva de sobra conocida de Francia. Cualquiera de
ellos partirá como víctima propiciatoria para la selección de
Estados Unidos, la mejor versión que recuerdo de un combinado
norteamericano en mucho tiempo. Muchos pensarán que me he vuelto
loco al comparar esta versión con la de los Juegos cuando Lebron,
Anthony, Durant o Kobe se repartían los ataques jugando a pares o
nones en el vestuario. Este año el equipo está equilibrado y el
egoísmo no tiene cabida. Los pívots rebotean e intimidan, los bases
hacen juego y los verdugos ejecutan. Al frente de estos jóvenes
Coach K se siente cómodo y con la capacidad para echar regañinas y
diseñar dos quintetos. ¿Quién se atreve a apostar contra ellos?
UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
1 comentarios:
Hay que tener la cara muy dura para alabar a orega cuando se gana y ahora darle leña cuando se fracasa.
. Si tuvieras unos conocimientos suficientes te habrias dado cuenta de q aunque conseguimos un bronce en el europeo mostramos unas carencias tácticas y estratégicas brutales.
Ahí es donde había que criticarlo.ahi es donde se demuestra si uno sabe o no sabe y no ahora subiendote al carro.
Tu lo defendiste.ahi dejaste tu nivel en este deporte.
no vale este articulo ahora después del fracaso.
Me parece de una mediocridad tu posición actual digna de mencionar
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