Tengo
el pasillo de casa ocupado por cubos, restos de hormigón y escayola,
taladros y cajas de herramientas. Sí, lo habéis adivinado, estamos
en obras o lo que es lo mismo, en un estado de provisionalidad
absoluta, de cambio de hábitos y adaptación continua. Pues bien,
estar en obras me ha dado que pensar y en esos obreros he visto la
necesidad de acabar con los clichés y valorar cada profesión por el
valor que realmente aporta.
Mario
Vargas Llosa introduce en cada discurso de agradecimiento por los
premios que recibe una oda a su santa esposa, palabras de loa y
pleitesía para quien con su amor e infinita paciencia le libra de
cuantas arduas tareas requiere esta vida contemporánea plagada de
burocracia e inconvenientes, de papeleo que, dicen los que saben, nos
hace más libres e iguales a cambio de robarnos horas de sueño, la
paciencia en cada cola o acceso a una plataforma virtual y la vista
al tratar de desentrañar las múltiples cláusulas y condiciones que
pretenden pasar desapercibidas.
En
fin, lo que quiero decir es que en este mundo maravilloso hacen falta
por igual el obrero, el secretario o el banquero, aunque algunos
puestos, por la necesidad surgida o impuesta, por los costes de
oportunidad previamente asumidos, por el desigual reparto divino de
talentos y oportunidades o, en definitiva, por la ley de la oferta y
la demanda, hayan resultado beneficiados en esta estructura desigual
en la que vivimos. En definitiva, Botín sería incapaz de alicatar
su cuarto de baño, del mismo modo en el que el albañil resultaría
incompetente para atesorar la fortuna del eminente cántabro. Es
decir, todo funciona.
Todo,
por desgracia, menos la lectura, antiguo don preciado, preciado por
reservado o reservado por preciado, como prefieran, y ahora devaluado
por lo elocuente de la imagen y lo placentero de otros vicios más
dionisiacos. Siendo cierto que el conocimiento ya no reposa
únicamente en aquellos viejos libros que con su gordura y trapío
aspiraban a derrumbar estanterías, siendo cierto que hay más
inteligencias que la lógico-lingüística, reclamo de manera
interesada y al mismo tiempo generosa, el regreso a la
lecto-escritura en cuanto que forma elemental de comunicación entre
humanos con más de cinco mil años de historia. Pocos, quizá, en
comparación con la longevidad del planeta. Muchos, todos, en la
escala de la civilización.
Pues
bien, una persona que debería resultar imprescindible por su
tenacidad y osadía y por la pasión con la que se enfrenta a los
múltiples retos que él mismo se impone, Juan Pedro Núñez, anunció
el pasado domingo que abandona por motivos personales y falta de tiempo la administración de
www.jordanypippen.com una
web en la que he colaborado con sumo gusto a lo largo de
prácticamente tres años y que ahora, desprovista de capitán,
navega sin rumbo a la búsqueda de un nuevo editor, cuyo perfil, si
pretende aproximarse al del cesante, debería incluir como
imprescindibles cualidades relacionadas con el liderazgo, la
ambición, el don de gentes y un optimismo mitad enfermizo mitad
vehemente. De lo contrario, sobrevivir en un ciberespacio
sobredimensionado, sin filtros de calidad y proteccionista de lo
propio por ser propio (periodístico, es decir, periodístico de carrera) y no necesariamente bueno, será imposible.
Aun
así, a pesar del pavor a la lectura, del celo con el que los
periodistas deportivos acotan su espacio vital y de lo difícil que
es hacerse un hueco en un espacio tan saturado como el de las webs y
blogs de baloncesto www.jordanypippen.com
ha gozado durante todos estos años de un considerable respaldo y
cuenta, lo sé de primera mano, con un equipo humano generoso y
amante del baloncesto. Sólo así se explica que puntualmente la web
introdujera nuevos contenidos y secciones siempre con buen gusto y
máximo respeto. También, claro, por la presencia de un
Juan Pedro al que echaremos de menos y al que trataremos de suplir
con dobles dosis de pasión desinteresada por un deporte que nos
gusta contar pues genera en nosotros una necesidad expresiva, una
pulsión inconsciente que nos empuja a escribir sobre esa vida
enmarcada en 28x15 metros y que dura apenas cuarenta minutos.
Gracias
Juan Pedro por estos años al frente de la nave y por tu amistad. No
dejaremos caer tu empresa en el olvido. Te dedico este vídeo en el que aparecen dos de tus jugadores favoritos y que seguro has visto muchas veces.
UN
ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
2 comentarios:
¿Que puedo decirte Juanjo después de estos tres grandisimos años que no te haya dicho ya? Simplemente gracias por unirte al proyecto desde minuto cero, cuando no tenía unos cimientos firmes y cuando quizás el cierre sobrevolaba pues no sabía cuanto podría durar esa aventura por falta de calidad, inventiva y lectores.
Sin embargo, el barco fue navegando poquito a poco hasta hoy, y eso es gracias también a ti y tu sección de 'Leyendas desde otra perspectiva'.
Hay un dicho que podría aplicarse a tu título del artículo: "Todos somos precisos y nadie es imprescindible" ^_^ estoy convencido que entre todos supliréis a la perfección mi ausencia y que la nave alcanzará mayores cotas, estoy superconvencido de ello.
De nuevo gracias, pero en esta ocasión por tu amistad tio
Un abrazo
Vamos,q exageración.segun leía parecía q era un post dedicado a la muerte de Suárez.
Bueno,el mundo sigue.hay mil webs dedicadas al baloncesto.
Utilizar este blog para hacer peloterias por los servicios prestados es desmesurado.
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