Seguro
que muchos de vosotros asocia a diferentes períodos de su vida, a
distintos acontecimientos o fechas marcadas, una canción, un
conjunto de estrofas y una melodía que aún tararean cuando los
recuerdan. Pues bien, en uno de esos tiempos muertos que me concedo a
mí mismo más a menudo, quizá, de lo aconsejable, me dio por
imaginar cuál sería la canción de cada equipo de la NBA para así,
de esta manera, seguir profundizando en la previa de la temporada que
acaba de comenzar. Dividiré esta previa musical en tres entregas y
en cada una de ellas abordaré dos divisiones.
DIVISIÓN
DEL PACÍFICO
Golden
State Warriors. Have you ever seen the rain? (Creedence
Clearwater Revival)
“Alguien
me contó hace tiempo que hay un período de calma antes de la
tormenta”. Sí, los días soleados también pueden convertirse
en días lluviosos. Más aún si ese día te enfrentas a los dos
mayores y más certeros tiradores del campeonato. La dupla que forman
Stephen Curry y Klay Thompson le enseña a todos sus rivales lo que
es la lluvia (por si no la habían visto). Acompañados por el oficio
de Iguodala, el trabajo no exento de talento de Lee y los centímetros
e inteligencia de Bogut, amén de un notable banquillo, estamos en
disposición de exigirles, a ellos y a su entrenador Mark Jackson, la
consecución de logros importantes.
Los
Ángeles Clippers. Fly me to the moon. (Frank Sinatra)
“Llévame
a la luna, déjame cantar entre las estrellas, déjame ver cómo es
la primavera tanto en Júpiter como en Marte. En otras palabras, coge
mis manos”. Éstas fueron las palabras con la que los miembros
de la plantilla angelina recibieron a Doc Rivers en la primera sesión
de entrenamientos. Los Clippers siempre han volado alto de la mano de
DeAndre Jordan y Blake Griffin y bajo la batuta de Chris Paul. Sin
embargo, necesitaban de una brújula que les indicase el camino hacia
el anillo.
Los
Ángeles Lakers. Hotel California. (The Eagles)
“Bienvenidos
al Hotel California, qué lugar tan encantador, qué preciosa
fachada”. Cambien Hotel California por Staples Center y entenderán
por qué le dedico este tema de los Eagles a los Lakers de Mike
D´Antoni. La franquicia de oro y púrpura es poco más que una
bonita apariencia, una persona coqueta que ha recurrido a la cirugía
para tapar las huellas que los años han ido dejando. Aun así, por
sugerente que sea su careta, este equipo, con Kobe o sin él, está
condenado a quedar fuera de los playoffs después de nueve años.
Sacramento
Kings. Juventud, divino tesoro. (Paco Ibáñez)
“Juventud,
divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar no
lloro y a veces lloro sin querer. Juventud, divino tesoro, ¡ya te
vas para no volver!” Sirvan estos versos de Rubén Darío
puestos en la boca y en las cuerdas de la guitarra del maestro Paco
Ibáñez para verbalizar los sentimientos de todos aquellos fans de
los Kings que se enamoraron de esta franquicia en el inicio del
milenio cuando militaban en sus filas Vlade Divac, Chris Webber,
Pedja Stojakovic, Mike Bibby, y tantos otros. Ahora su juventud se
evapora y sólo les queda llorar sin querer mientras ven los residuos
de aquel magnífico proyecto (ya saben, los Kings de la tortilla de
patata, el tocata de pilas y las chicas yé yé) convertidos en
ceniza.
Phoenix
Suns. Stand by me (Ben E. King)
“Cuando
cae la noche, y la tierra está oscura, y la luna es lo único que
vemos, no tendré miedo, no, siempre y cuando cuentes conmigo.
Cariño, cariño, quédate conmigo”. Bien pudiera ser ésta la
banda sonora de muchos equipos de la liga. Y es que los Suns son sólo
otro candidato más a elegir el número uno del draft el próximo mes
de junio. Aunque hasta hace pocas semanas todo parecía indicar que
ese jugador al que los aficionados de los Suns se refieren como
“cariño” sería Bradley Wiggins, no hay que menospreciar la
irrupción fulgurante del pupilo de Mike Kzyzewski, Jabari Parker.
DIVISIÓN
SUROESTE
San
Antonio Spurs. El Reloj (Lucho Gatica)
“Reloj
detén tu camino, porque mi vida se apaga, ella es la estrella que
alumbra mi ser, yo sin su amor no soy nada”. Los Spurs se
enfrentan, tal vez, a la última ocasión de recuperar el
inconfundible sabor de la victoria, ése que alimenta su ambición y
sin el cual no son, como dice el bolero, nada.
Houston
Rockets. Wannabe (Spice Girls)
“Yo
te diré qué es lo que quiero, lo que realmente, realmente quiero.
Entonces dime lo que quieres, lo que realmente quieres. Te diré lo
que quiero, lo que realmente quiero. Entonces dime lo que quieres, lo
que realmente quieres. Yo quiero, quiero, quiero, quiero realmente.
Realmente, realmente, quiero zigzaguear”. Que me perdonen los
aficionados de los Rockets que puedan acceder a este blog, pero no me
negarán que bien podría ser ésta una conversación entre James
Harden y Dwight Howard, dos de los mayores talentos de la liga, pero
también dos de las mentes menos lúcidas y brillantes. Mientras se
sucede esta conversación es probable que en el otro lado del
vestuario esté Jeremy Lin, producto de Harvard, jugando una partida
de ajedrez con Asik mientras Omri Casspi repasa la Torá, Chandler
Parsons ultima los detalles de su tupé y Kevin McHale se hace con
una cuchilla de afeitar para cortarse las venas. Lo siento, el
proyecto es interesante, pero si su éxito reposa en la madurez de
Howard y Harden que se vayan olvidando en Houston de cualquier opción
de anillo.
Memphis
Grizzlies. Y nos dieron las diez (Joaquín Sabina)
“Y
nos dieron las diez y las once, las doce, la una, las dos y las tres”
(y las cuatro, las cinco y las seis si fuera por su entrenador). La
propuesta de juego de Memphis Grizzlies es, sin duda, una de las
menos atractivas de todo el campeonato. A pesar de contar con un muy
buen pasador en el puesto de center, Marc Gasol, y de disponer, a su
vez, de un base en franca progresión, Mike Conley, muy poco se puede
esperar de un equipo que alinea en el perímetro titular a Tony Allen
y Tayshaun Prince. Por lo menos en ataque.
Dallas
Mavericks. Satisfaction (The Rolling Stones).
“No
puedo obtener ninguna satisfacción. No puedo obtener ninguna
satisfacción. Porque lo intento, y lo intento, y lo intento, (pero)
no puedo obtener ninguna satisfacción”. No sé por qué pero
me imagino a Mark Cuban cantando bajo el chorro de la ducha una de
los temas más reconocibles de la banda británica. La eterna
insatisfacción del dueño de los Mavericks ha llevado a la
franquicia a sus cotas más altas de prestigio, pero también a una
especie de esquizofrenia mal resuelta que redunda cada verano en una
remodelación de la plantilla. Sólo Nowitzki y Carslile son, por el
momento, inamovibles.
New
Orleans Pelicans. Maquillaje (Mecano)
“No
me mires, no me mires, no me no me mires, no me mires, no me mires,
déjalo ya, que no me he puesto el maquillaje”. El cambio de
logo y la incorporación de Tyreke Evans o Jrue Holiday (dos
jugadores que necesitan mucho balón) no impide que los Pelicans sean
aún un producto en construcción, una actriz en plena sala de
maquillaje que necesita de un poco más de tiempo para que, como dice
la canción, la queramos besar. Démosle, pues, el tiempo que
necesiten para juntar las piezas y convertirse en candidatos al
título. La ciudad, toda la comunidad que aún se recupera de los
efectos devastadores del Katrina, se lo agradecerá.
UN
ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
2 comentarios:
Y después de ver la increíble victoria de tus Celtics anoche con la canasta sobre la bocina de Jeff Green, asígnale la canción "The final coutdown" a estos Celtics, que son una auténtica caja de sorpresas.
Buena entrada. Muy buena puntería con todas las canciones, el único PERO se lo pongo a los SUNS, creo que el temazo STAND BY ME les queda grande y no explica bien lo que ese equipo es ahora mismo.
Yo les pondría, hoy por hoy: THE END de THE DOORS
This is the end
Beautiful friend
This is the end
My only friend, the end
Of our elaborate plans, the end
Of everything that stands, the end
No safety or surprise, the end
I'll never look into your eyes...again
http://www.youtube.com/watch?v=NoBFhdeR9PE
xDD Brazos!!
Publicar un comentario