No será
el primero, tampoco el único, que quede cegado bajo las
resplandecientes luces de la capital del mundo. A Jeremy Lin la fama
le llegó temprana, imprudente, veloz. Una fama, por otra parte,
inestable, construida sobre los cimientos de unos pocos partidos
brillantes, impropios de un novato, sujetos, tal vez, a la mística
del Madison o a la más pura y dura casualidad. En ese juego de brujas
quisieron ver a un mago, de ascendencia oriental y procedente de
Harvard, sí, pero mago al fin y al cabo. Cuando debió ser niño,
tropezar, caer y levantarse, así una vez tras otra, quiso ser un
héroe adulto, salvador no de sí mismo, sino de muchos. Jugó a ser
profeta en la tierra de los vaqueros, los indios y los pozos
petrolíferos y lo que profetizó fue la historia de un declive por
otra parte anunciado. Jeremy Lin es lo que es, un jugador de rotación
capaz de anotar unos pocos puntos más de cuantos balones pierde. Lo
demás son cuentos que él mismo se creyó para encontrar en este
mundo el afecto que a tantos les fue negado. Pero el afecto es
efímero y él ya lo ha comprobado.
Efímero
como lo son los proyectos en los tiempos del día día y el momento a
momento. Nada es posible planificar cuando todo se tambalea entre los
que piden cambios y los que se resisten a reformular modelos que
pecan de obsoletos. Hablo de la ACB, como podría hacerlo de la liga
ASOBAL y otras competiciones domésticas sujetas a deudas históricas
sobre las que el presente sólo puede responder a base de muertes y
desapariciones, como si de los cadáveres pudieran alimentarse los
acreedores y como si de muertos viviera el aficionado. Suenan
campanas de entierro en la capital del Pisuerga. Le toca ahora a ese
club histórico por el que pasaron Corbalán, Sabonis u Oscar
Schmidt, a un Baloncesto Valladolid al que no sólo timaron las
estampitas porque de lo que de verdad perece es del mal común que
acecha a todas aquellas sociedades anónimas deportivas confiadas en
la perpetuidad del crédito. Pero oigan, aunque en su día fue gran
seguidor de este equipo, de los que de verdad me acuerdo es de
quienes llevan un año trabajando sin cobrar, guiados por esa
motivación dilatada en el tiempo que supone hacerlo algún día, un
día que no llegará.
Ríanse,
cambiando de tema, de Méndez o Toxo, líderes sindicales,
salpicados, al menos el primero, por sobresueldos y partidas de
dudoso destino en el seno de su organización sindical. Ríanse, sí,
porque el nuevo presidente de la Asociación de Jugadores de la NBA
será Chris Paul, un multimillonario enamorado de sí mismo que
deberá representar los intereses tanto de sus iguales, las
estrellas, como los de toda esa clase de mercenarios del baloncesto
que pican allí y allá en busca de un poco de grano. Sinceramente no
le veo proclamando, entre crossover y crossover, aquello de
“proletarios del mundo, uníos”.
Avanza,
y con esto finalizo este breve repaso a los titulares que nos deja
agosto, la pretemporada de la selección española con paso firme.
Tras las críticas de las que servidor fue cabecilla después del
primer partido contra Polonia, dos victorias plácidas y una más
apretada parecen dar la razón a los que piden tiempo y confían en
lo pacífico del relevo. Pero vaya, a mí no me engañan. Sigo
sin ver, y no veré, a Navarro, Gasol, Reyes e Ibaka, jugadores
fundamentales para cualquier equipo y más, si cabe, para éste del
que los tres primeros son padres fundadores. No será cosa de Orenga,
que hará, indudablemente, todo cuanto esté en su mano y en la de
sus ayudantes. Será cosa de añorar sin premio, de esperar en vano a
los que no están. Y si la saudade me puede pues qué le voy a hacer.
No esperen de mi parte un tanto apuntado cuando nos quedemos sin
medalla y sí, en cambio, un sincero perdón si, por aquello de
hablar antes de tiempo, peco de agorero y bocazas.
UN
ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
1 comentarios:
He visto dos o tres partidos de la preparación y la propuesta de Orenga me gusta (Juego alegre en ataque y defensa de manos rápidas). Y me gustan mucho sus tiempos muertos: conciso, directo y sin tanta pizarrita = "tocomocho", que diría Montes.
Sin los referentes de la última década creo que la selección lo está haciendo muy bien. Creo que se va a conseguir algo importante en este Eurobasket.
Dani Legend
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