Quizá,
después de tantas desgracias históricas, esté en el gen del
irlandés emigrar y viajar, hacer patria allá por donde pisen sus
pies y recordar, muy lejos de su hogar, en cualquier taberna de
Melbourne, Río o Nueva York cuán verde era su valle. Precisamente,
Walter Brown, primer propietario de la franquicia más laureada de la
NBA, decidió que el equipo de baloncesto de Boston respondiera al
nombre de “Celtics” por la cantidad de irlandeses que habitaban
la ciudad una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. Se trataba de
un guiño a aquella colectividad que trabajaba con tesón en las
fábricas y comercios de la vieja Nueva Inglaterra para después
reunirse en torno a unas cuantas jarras de cerveza y entonar los
cánticos populares de su tierra, Danny Boy o Whiskey in the Jar
entre otros. Sin embargo, la historia fue dotando de peso a esta
elección, no porque llegaran irlandeses, sino porque el edificio de
los Celtics se construyó sobre las estructuras de hombres
procedentes de familias de inmigrantes, a partir de los orígenes
bielorrusos, entonces soviéticos, de Auerbach, los franceses de
Cousy o los africanos, es imposible precisar más, del mismísimo
Russell.
Orígenes
emigrantes, o inmigrantes, según se mire, se encuentran también en
la sangre de nuestro protagonista de hoy. De padre checo y madre de
ascendencia croata, John Havlicek creció en los valles mineros de
Ohio, cerca de la frontera con West Virginia, no muy lejos de donde
creció el “mountaineer” más famoso de la historia del
baloncesto y uno de sus principales enemigos deportivos, Jerry West.
Es Martins Ferry, lugar exacto de las andanzas del joven Havlicek,
cuna de varios deportistas de élite, hecho por otra parte improbable
ante la debilidad de su demografía y la pobreza de la mayor parte de
sus habitantes. “Cuando le cuento a mis hijos cómo fue mi
infancia, piensan que no viví en este siglo”, decía John
pocos años después de su retirada. Del acero de sus minas, de las
estrecheces, que no angustias, económicas, surgieron Alex Groza
(medallista olímpico en baloncesto en Londres 1948), Fred Bruney y
Lou Groza (jugadores de NFL). Pero el mejor de todos ellos, el más
recordado y alabado al final de sus días en el deporte, fue, sin
duda, John Havlicek.
(...)
Si quieres seguir leyendo este artículo y conocer a fondo la vida deportiva del Celtic con más partidos y puntos de la historia del equipo de Boston pincha AQUÍ y accede a su contenido completo publicado en la Web de JordanyPippen.
UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
0 comentarios:
Publicar un comentario