El sueño de una tarde de verano






Distinguiendo los colores. Aprendiendo las mayúsculas. Empezando a convivir con sus congéneres. En este estadio de desarrollo se encuentra un blog que nació justo hoy hace tres años para poner negro sobre blanco los pensamientos de su autor, un osado e irreverente don nadie declarado, por su conciencia, inocente enamorado del baloncesto.



Inocente que no irresponsable. Decía Anatole France “prefiero los errores del entusiasmo a la indiferencia de la sabiduría”. Aun así, yo prefiero pensar como Vittorio Gassman cuando afirmaba, desde su religiosidad, “el único error de Dios fue no haber dotado al hombre de dos vidas: una para ensayar y otra para actuar”. Aunque escribir sobre baloncesto pueda ser la actividad más inocua que podamos imaginar, conviene medir las palabras. No es que este blog sea una página de referencia ni un foco generador de opinión. Se trata más bien de un ejercicio de responsabilidad exacerbada, un mínimo que me exijo a mí mismo deseando que todos, en el desempeño de sus actividades profesionales u ociosas, se apliquen el mismo cuento.



Aún hoy, tres solsticios de verano después de aquella calurosa tarde de junio en la que todo empezó, no sé si escribo para escupir todo lo que de baloncesto empapa mis órganos o, si por el contrario, éste es sólo una excusa para eso, para escribir. Lo cierto es que mezclar escritura y baloncesto es una auténtica terapia relajante. Compárenlo, si quieren, con binomios tales como tumbona y martini, copa y puro o pijama y orinal. Espero que todo el placer que experimento sentado en esta silla y tecleando estas líneas traspase la pantalla mediante la cual nos comunicamos.



En alguno de los talleres de escritura que he ido realizando en este tiempo para deshacerme de vicios e ir definiendo un estilo propio, reflexionábamos sobre el oscuro objeto deseo de lo escrito. Miren con escepticismo a quien afirma escribir para sí mismo, a quien dice hacer arte por arte y buscar sólo placer por placer. Yo lo tengo claro, si este blog es público es porque su autor quiere que lo lean y es que su autor, o sea yo (qué triste es hablar de uno mismo en tercera persona), cree a pies juntillas en lo que un día Erich Fromm relató: “Naces solo y mueres solo, y en el paréntesis la soledad es tan grande que necesitas compartir la vida para olvidarlo”.



Hoy, con el asfalto derritiéndose ahí fuera, en medio del sopor que envuelve a un nuevo sueño, prometo seguir desafiando a los avatares de lo cotidiano y encontrar, aunque no exista, un minuto o una hora para comunicarme con vosotros y rellenar este paréntesis que es la vida, una vida que es más plena si se comparte y, también, pruébenlo si no lo creen, si uno entrena, ve o juega al BALONCESTO


Hoy, como durante 371 entradas, me despido como siempre. UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

6 comentarios:

Fernando dijo...

Enhorabuena por estas 371 entradas. Espero que haya al menos otras 371 y que sean tan interesantes como estas. Un abrazo y buen baloncesto!

Anónimo dijo...

Felicidades y a seguir sumando entradas!!

Espero compartirlo mucho tiempo contigo, forma parte de mi lista de favoritos.

Un abrazo, buen baloncesto y feliz verano.

Arturo

Anónimo dijo...

Enhorabuena Juanjo por tu constancia.

Aquí seguiremos.

Abrazos

Dani Legend

Anónimo dijo...

Felicidades Juanjo, y a por otros tres años más

Pablo legend

JJ Nieto dijo...

Muchas gracias a todos.

azul dijo...

Felicidades y a seguir acumulando entradas!

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