“Estos
tíos han estado en mil batallas y ésta no es la más complicada”
me repito mientras veo cómo Carmelo martillea el aro de los Celtics
tratando de impedir que un sentimiento de impotencia me invada antes
de que la serie alcance el minuto seis del primer cuarto del primer
partido. Para los de Boston estos playoffs representan, de nuevo, una
última llamada, el último grito de dos futuros hall of famers,
Garnett y Pierce, que si aún creen en sus posibilidades es porque
cuando miran al banquillo se encuentran con la figura de Doc Rivers.
Así son los playoffs, la sonata de cada primavera, un todo o nada
que eleva lo que nació siendo un simple juego a una categoría casi
bélica.
El
Madison luce sus mejores galas. Es el homenaje del mundo del
baloncesto a los fallecidos y heridos del atentado en Boston. En
Nueva York, además, sueñan con rememorar viejos tiempos, aquellos
maravillosos 70 con sus dos anillos o, en su defecto, aquellos más
austeros 90 de baloncesto de cantina en los que Ewing guió a los
knicks a un par de finales. Carmelo es la estrella, Chandler el
metrónomo y JR Smith el necesario microondas que todo equipo
necesita. Su único problema, que tienen enfrente a los Celtics y a
su desarrollado instinto de supervivencia.
Este
duelo cargado de historia es, sin duda, el más atractivo de cuantos
se disputan en la Conferencia Este. Miami no debería tener problemas
con Milwaukee, Indiana debe imponer su poderío interior y su defensa
ante Atlanta y Brooklyn Nets es mi favorito frente a unos Bulls
mermados (Noah puede perderse toda la eliminatoria y nada se sabe del
regreso de Rose).
En el
oeste, por su parte, unos invitados de última hora sueñan con poder
dar la sorpresa. Los Spurs de los últimos años reproducen el guión
de una película que ninguna productora compraría. Cuando los de San
Antonio ganaban los anillos su mejor mes era marzo. Ahora, en cambio,
brillan en noviembre y llegan hastiados a primavera. Los Lakers,
empeñados al fin en demostrar que tienen el mejor juego interior de
la liga, procurarán jugar andando y, ojo, en media pista hay pocos
equipos mejores.
La
eliminatoria más atractiva, a priori, es la que disputarán Denver y
Golden State. Ambos equipos juegan sin cadena y sin retrovisores. Los
Warriors contarán con el hándicap que supone jugar de visitantes en
plenas Montañas Rocosas, los Nuggets con medirse a los dos
tiradores más letales del campeonato, Stephen Curry y Klay Thompson.
El espectáculo lo pondrán los exteriores, pero será en la zona
donde se decida el resultado. Veremos cómo está Bogut.
El
regreso de Harden a Oklahoma no debería inquietar a la tropa de
Durant. Sí, en cambio, a Los Ángeles Clippers el enfrentarse a la
defensa más agresiva de la liga, la de unos Memphis Grizzlies que,
osados ellos, pretender ganar un anillo sin un jugador exterior de
referencia. Si los partidos llegan igualados al final Chris Paul
promete ser decisivo.
En
fin, por si no he sido lo suficientemente claro, apuesto por Boston,
Miami, Indiana y Brooklyn en el este y por Spurs, (alababa el juego
en media pista de los Lakers, pero para su desgracia la cancha mide
29 metros) Warriors, Thunder y Clippers en el oeste. No se trata de
acertar (voy curándome en salud), se trata de disfrutar del
baloncesto en su más pura esencia, la de los playoffs de la NBA.
UN
ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
2 comentarios:
Bien hecho, me he divertido mucho leyéndote. La primera parte en NY está muy interesante, a vr como sigue. Y que viva Curry, el tío con mas clase de la liga, en mi modesta opinión.
Un abrazo :)
De acuerdo en casi todo. Pero Boston va directo al paredón. NY es finalista de conferencia casi garantizado y cuidado si les da por tener cerebro y defender no lleguen a la final matando a LeBron...
He de reconocer que este año estoy emocionado con los de Woodson. Pero no por Melo, que es muy bueno, si no por Felton, Kidd y por una apuesta por el baloncesto de calidad, de corazón y amor por este deporte frente a la moda de coleccionar cromos de Lakers, Miami, o Boston (sí, Boston lo hizo en su día, por qué no reconocerlo). Está claro que el espectáculo está garantizado.
Va a ser divertido pero la pregunta es quien será capaz de evitar la misma final del año pasado??
Qué bonito sería un NY - Clippers para los fans y para el propio baloncesto (por reciclaje)!
Abrazos!
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