Aunque
alguno de vosotros pueda pensar que hoy es la noche del rey, víspera
de la noche de reyes y, claro, 4 de enero, yo sólo puedo deciros que
estáis equivocados. No porque en la 1 no esté Hermida lamiéndole
el culo al borbón que reina, pero no gobierna. Ni tampoco porque
mañana sea la noche en la que unos presuntos sabios de oriente se
desdoblarán en miles de versiones de sí mismos para pasear por las
calles y plazas de nuestras ciudades generando una ilusión tan falaz
como efímera entre los niños que un día serán adultos y seguirán
preguntándose por qué no hay regalos si se han portado bien. Pero
igualmente estáis equivocados. En todo salvo en que es 4 de enero.
Y es
que en realidad hoy es la noche del día en el que Kobe Bryant se
hizo una cuenta oficial en twitter, una más dentro de esa red social
que amenaza con envolver al planeta generando un nuevo
recalentamiento, en este caso neuronal, que sumar al provocado por el
efecto invernadero, el agujero de la capa de ozono y Telecinco.
Esta
noche, además, y ya hablando en serio, se disputará el derby de Los
Ángeles, el enfrentamiento que durante cuatro veces al año mide las
fuerzas de Lakers y Clippers en el mismo escenario, el Staples Center
de la ciudad californiana, una especie de nave espacial aparcada sin
demasiado buen gusto en el medio de un downtown que intenta recuperar
su vida interior a base de centros comerciales, restaurantes y
locales nocturnos. La diferencia con respecto a otras temporadas pasa
por que al hermano pobre de LA le ha dado por sublevarse
presentándose a la cita con un balance nueve partidos mejor que el
de sus vecinos de púrpura y oro.
Aunque
los resultados hablan por sí solos, un rápido vistazo a las
plantillas nos permite deducir que es la planificación, por su
presencia o ausencia, el factor clave del éxito de unos y de las
decepciones de los otros. Así, mientras en las oficinas de los
Clippers se mantiene un contacto directo con el cuerpo técnico y se
atiende a lo que éste pueda sugerir, en los Lakers preocupan más
cuestiones extradeportivas o personales, viciadas en todo caso de la
vanidad que envuelve a todo lo que se mueve en la franquicia. En los
Lakers, si alguien tiene algo que decir se lo consulta primero a Kobe
Bryant. Sí, el de la cuenta de twitter, y uno de los cinco mejores
anotadores de la historia del campeonato, un genio con el balón en
las manos, pero un mal gestor para los designios de su propio equipo.
Sirva
como ejemplo el nombre de Lamar Odom, el ala pívot que llega a la
liga para jugar en los Clippers, madura en Miami y disputa sus
mejores partidos con los Lakers para que éstos finalmente le
regalen. Ahora, tras un periplo fallido en Dallas, Odom es una
garantía desde el banquillo que Vinnie del Negro no piensa
desaprovechar. Pues bien, la salida de Odom a cambio de nada fue el
principio de la hecatombe en unos Lakers que aún siguen buscando esa
figura del cuatro abierto que rebotea, ataca de frente, puede lanzar
y sobre todo, le hace la vida más fácil a los pívots puros del
equipo. Y no, Jamison no es Odom. Nunca lo fue.
Es
hora de poner a grabar el partido, ese choque de personalidades
deportivas que promete no defraudar. Y es que si los Clippers
revolotean como una mariposa y pican como una abeja al más puro
estilo Muhammad Ali, los Lakers practican un juego más pesado y
posicional. En breves horas comprobaremos si Nash es capaz de cuadrar
el círculo y colocar a cada cual en el lugar donde más rinde
mientras persigue por el rectángulo de juego a un Chris Paul cada
vez más simbiotizado con el baloncesto. También promete emociones
fuertes el duelo entre Pau Gasol y Blake Griffin y es que el de Sant
Boi ya ha conocido de primera mano las habilidades atléticas del ex
alumno de la Universidad de Oklahoma. Sin embargo, más allá de
todos estos alicientes, el factor x y una de las principales claves
del buen hacer de los Clippers se llama Jamal Crawford. El mayor
candidato en estos momentos al premio de mejor sexto hombre es una
amenaza constante para las caderas de sus defensores. Veremos si
D´Antoni se atreve a colocar a Ron Artest frente a un jugador mucho
más rápido, listo y talentoso que él.
En la
víspera de la noche de reyes los aficionados al baloncesto nos hemos
encontrado con un regalo por adelantado. Se trata del derby de los
Ángeles, un duelo que promete ser de cine.
UN
ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
4 comentarios:
Por desgracia no tuvo mucha magia. Sin Crawford y casi sin Pau, Clippers se hizo rápido con el partido y estuvo a punto de tirarlo en los últimos 5m, donde un casi perfecto CP3 quiso convertirse en Kobe para lo peor. Chupar y chupar para no sacar nada, solo 3-4 posesiones tiradas a la basura que salvó con un tiro en la cara de Bryant a falta de 30s.
No se qué le pasa a Pau, pero debe madurar. Basta de excusas. Es cierto que MD no sabe jugar con la plantilla que tiene y no defienden nada. Pero no es excusa para salir a pasear por la pista con los brazos abajo.
Buen partido de Kobe, que sin embargo cada día da menos asistencias y es menos líder.
Los Clippers necesitan a Hill y Billups para mantenerse cuerdos en los finales de partido, porque Crawford volverá y volverá a ser el mejor 6º.
Este año pinta muy bien para 10 equipos y para los fans, pero por desgracia para LAL, ellos no están entre los 10:
Clippers
T-Wolves
OKC
Miami
NY Knicks
Memphis
Brooklyn
SAS
Warriors
y si Rose quiere/puede Chicago.
Feliz año!!
Lamiendo el culo Hermida al Rey...¿pero dónde te crees que vives, muchacho?????
Te crees que el mundo se rige por las premisas de los veinteañeros, donde tu estás,y que una entrevista debe ser el púlpito para mostrar todas nuestras bajezas???'Eso es sálvame, querido, creo que te confundiste de canal...
El Rey es una institución, no un personaje rosa para preguntarle acerca de Corinnas u otras lindezas.... ya lo aprenderás cuando vayas creciendo, estás muy verde aún...
Un periodista
"ilusión falaz"
tu estás amargao, tío...
Este Javier Garcia-Palao que da 10 equipos como favoritos, dijo antes de comenzar la temporada que lakers eran los "favoritísimos" al título. Claro que entonces estaba, según García-Palao, el "descerebrado" de Brown como entrenador.
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