Al salir de clase IV. Disfrutar aprendiendo






Las jornadas en el curso de entrenador cada vez finalizan más tarde. No porque los profesores no respeten los horarios, que mal que bien lo hacen, sino porque a las ocho horas estipuladas le sumamos en una mezcla de obligación y amor al arte otras dos o tres. Por qué, os preguntaréis. Pues porque somos así de chulos. Bueno, en realidad es porque se respira una cierta congoja en el aire ante la cercanía de los exámenes en cancha del próximo domingo.

No chulo, pero serio, es Chechu Mulero, nuestro profesor de fundamentos tácticos colectivos de ataque y con el que hemos convivido ocho horas a lo largo de este curso. Avalado por su experiencia y con el trabajo como principal proclama, a Chechu le llueven ofertas para ser entrenador ayudante. Todas sus propuestas para salir de presión, atacar las zonas o plantear jugadas de fondo merecerán su pertinente período de reflexión una vez que la vorágine de clases haya tocado a su fin.

Por la tarde, después de un breve período de descanso que cada cual empleó como mejor convino, nos encontramos con una figura de los banquillos tan reconocible como encantadora. A Paco García además de irle la marcha, no en vano ha sido entrenador de la selección de la República Centroafricana, le va lo de comunicar y hacerse grande a pesar de su modesta estatura. Ciñéndose lo justo al temario indicado, jugando con la interacción del auditorio y dominando en todo momento los tiempos de la charla consiguió encandilarnos y sacar el máximo rendimiento de una capacidad de atención, la nuestra, que va mermando por momentos a medida que avanzan los días.

Por eso este post, por encima de todas las reflexiones pseudofilosóficas con las que os he obsequiado (menudo tostón ahora que las he vuelto a leer) durante estos días pasados, pretende ser un homenaje a todas aquellas personas que, como el propio Paco García, entienden que no hay contradicción implícita entre ejercer profesionalmente una tarea y llevarla a cabo con el mayor grado de disfrute posible porque para aprender, creo que estaréis de acuerdo, es importante disfrutar.

Dándole las gracias a Paco por su cercanía y su capacidad para la comunicación, me despido hasta la próxima pidiéndoos disculpas por la brevedad de esta entrada (sé que muchos lo agradeceréis). Son las dos de la madrugada y mañana, como dada día, empezaremos la jornada a las diez ignorando por completo la hora en la que apagaremos la luz de nuestra mesilla de noche. Será tarde, eso seguro.

UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

1 comentarios:

Chus dijo...

Me alegro que estés disfrutando de este curso.
Animo para el domingo, seguro que va bien.
Un abrazo.

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