Acomódense
en el carruaje. Disfruten de los faroles de hierro y de las cuestas
repletas de pintores. Sean bienvenidos al París de Napoleón III, el
de los bulevares y la Ópera, el del banquero ricachón y la recatada
burguesa. Permítanme una recomendación. No dejen de visitar el
Moulin de la Galette y su fantástico espectáculo de cancán.
Dirige
la orquesta Tony Parker, un belga de raíces parisinas, un número 30
del Draft de 2001, un robo, otro más, de los perpetrados por los San
Antonio Spurs en la lotería de todos los junios. Un virtuoso de la
batuta, un maestro del allegro que no desdeña, en absoluto, los
ritmos más lentos. Durante el tercer cuarto del partido de anoche
simplemente bordó el baloncesto y le enseñó a Westbrook que esto
es mucho más que saltar y correr. Parker, después de un master de
once años junto a Popovich, es un diamante pulido, un jugador que
entiende cuándo ha de entrar a canasta, tirar en suspensión o
doblar el balón. Su cambio de ritmo de rápido a más rápido es
simplemente indefendible. Su “floater” o tiro por elevación, un
recurso menos carismático pero más efectivo que el del propio
Navarro.
Pero
no todo el mérito es suyo. Parte se lo debe a todos y cada uno de
sus compañeros, a esos que de manera individual leen de manera
impecable el baloncesto. Y es que el juego de los Spurs no tiene nada
de complejo o elaborado. No son los sistemas de Popovich un laberinto
indescifrable. Todo lo contrario. Todo se basa en conceptos simples y
por ello bellos. Tirar cuando estoy solo, dividir cuando tengo un
defensa encima y moverme después de pasar para generar espacios
dentro y fuera mientras la bola no ha dejado, en todo este tiempo, de
moverse al ritmo de la música.
Una
música fusión de ritmos procedentes de diferentes lugares del
globo. Los San Antonio Spurs demuestran que la mezcla perfecciona la
especie, que la diversidad es riqueza. Diversidad no sólo de
culturas y procedencias. Diversidad también de generaciones y
escuelas. La LEGA italiana, la ACB, española, la LNB francesa, Wake
Forest, Carolina del Norte, Pittsburgh, Vandervilt, Florida, San
Diego State. Muchos manuales unificados en uno solo gracias a la
imponente presencia de un Gregg Popovich a quien sus jugadores
respetan no por lo que parece y sí por lo que es.
Quiso
Scott Brooks emponzoñar el partido, ensuciar lo que hasta entonces
estaba siendo un tercer cuarto de fantasía por parte de los de San
Antonio. Utilizó una táctica, para asombro de todos, permitida por
el reglamento. Sus pupilos golpearon una vez tras otra el cuerpo de
Splitter para llevar al brasileño a la línea. El ajustado parcial
de 9-7 en el transcurso de esta estrategia demuestra que el sentido
era otro. Romper el ritmo, enfriar a Parker. El posterior
acercamiento de su equipo en el marcador le dio la razón y el hecho
de que Popovich ya hubiera utilizado esta misma treta en el pasado
les iguala en términos de autoridad moral.
Si
Brooks puede apuntarse este tanto qué decir del juego de Durant o
Harden quienes, con máxima eficiencia, provocaron que el partido
llegase abierto a los últimos minutos. Ellos prefirieron hacerlo sin
orquesta, de una manera más improvisada gracias a un talento natural
basado también en la mezcla genética de la que provienen. Si
Durant, con sus 2,08 metros de estatura es un espécimen único de
ser humano, a Harden le ampara una técnica individual muy depurada
amén de una mano izquierda a la altura de la de Jimmy Hendrix.
Por
suerte, tras el impasse, la música volvió a sonar en el Moulin y el
cancán se mezcló con algún tango para despedir una noche en la
que, como casi siempre, ganó el mejor. El equipo mejor entrenado. El
equipo mejor dirigido. La orquesta mejor afinada. Amanece en París
mientras en Oklahoma la noche sigue cerrada. Nadie duerme. Allí
todos se encomiendan al Dios Durant.
UN
ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
1 comentarios:
Hola!
Estoy de acuerdo en casi todo. Sin duda, San Antonio está de maravilla, es prácticamente imposible encontrarles un fallo.
OKC por su lado tiene 2 problemas:
1- No darse cuenta de que los SPURS están haciendo el 90% del tiempo un pick & Roll con un pase extra a la esquina, que resulta fácil de defender si tienes un poco de cerebro y la intensidad suficiente como para que cada uno se mantenga con su hombre con o sin cambio directo.
2- No usar un sistema ofensivo más allá del big 3. San Antonio no es un equipo al que puedas vencer a base de penetraciones como pretende Brooks. Eso valía para las otras rondas. Ahora hay un equipo de verdad delante y hay que sacar algún esquema ofensivo para buenos tiros exteriores combinados con algún punto interior de Ibaka, y no de Perkins como han pretendido. El resto es todo correr contra estos viejos SPURS.
Si se tienen en cuenta estos 2 puntos, habrá competencia hasta el 7º.
Publicar un comentario