Por motivos técnicos he tenido que retrasar la redacción de esta entrada. Algunos, no faltos de razón, podréis interpretar que ya no es momento para hablar de aquel partido, un partido de tantos que se juegan al cabo de una temporada. ¿O no?
Lo visto el pasado miércoles en la capital de la Toscana supuso un salto cualitativo para un equipo que hasta ese día, con la excepción del también magnífico triunfo en Vitoria, se mostraba dubitativo y de moral frágil. Inseguro de sí mismo el Madrid se servía de su calidad para navegar por los puestos altos de la ACB y de la primera fase de la Euroliga sin apuros.
Y nada parecía haber cambiado durante los primeros 25 minutos del partido. Los jugadores blancos se encontraban a ocho metros y de espaldas al aro intentando recibir el balón ante una defensa hiperagresiva en líneas de pase y con rotaciones defensivas magníficas para que la canasta siempre estuviera protegida.
¿Qué cambió a partir de ahí? Pues no estoy muy seguro. Supongo que, como casi siempre, se concitaron varios factores que contribuyeron al resultado final. El Montepaschi Siena bajó sin duda sus prestaciones físicas con lo que las líneas de pase dejaron ya de ser opacas. El Madrid empezó a circular la bola con mayor soltura y los jugadores comenzaron a atacar la canasta contraria en vez de simplemente proteger la bola cual alevín de colegio que se enfrenta al equipo de la cantera del gran club de la ciudad.
Y salió Sergio Rodríguez. Uno de tantos pronósticos fallidos lanzados desde este blog por la ignorante pluma de quien lo escribe. Al "Chacho", que nos maravilló a todos en su época, no le confiaría ni para que quitara del fuego la olla. Sus decisiones son dudosas y su falta de personalidad preocupante. Supongo que las voces de McMillan son mucho más graves (en el tono) que las de Messina, pero Sergio sigue siendo tratado como ese niño que se porta mal en clase. Y como no se le puede echar fuera de clase se le deja en el fondo del banquillo. Pero mira tú por dónde, el siciliano quiso sorprender y lo consiguió y el canario rompió las líneas sienesas y abrió el camino de la remontada.
Las crónicas de los "entendidos" y académicos periodistas de carrera hablaron de Mirotic y sólo de Mirotic. Parecían haber descubierto la sábana santa cuando el hispano-montenegrino empezó a anotar sus lanzamientos desde todos los lados. Este chico viene llamando a la puerta desde hace ya tiempo y el propio Messina está encantado con la intensidad que muestra en todos los entrenamientos. Fue una demostración de carácter pero reducirlo todo a los 16 puntos de este chico supondría obviar muchas otras cuestiones que estuvieron presentes durante la magnífica remontada.
No se gana un cuarto por 26-6 si no se agacha el culo, se hacen los ajustes a tiempo, se es agresivo en líneas de pase y se domina el rebote. Es decir, no se supera a un equipo por dos puntos por minuto si no se defiende. Y en ese apartado Mirotic contribuyó como uno más, pero la clave fue que Tomic despertó del letargo y como si se tratara de una primavera adelantada intimidó, reboteó, y peleó los balones sueltos. Y qué decir de Suárez, magistral en ambos lados de la cancha cuando más de uno empezaba a perder su fe en el ex colegial.
Y no leí apenas nada del base de Córdoba, Argentina, que controló el tempo del partido y dominó el arte del pick and roll como si él mismo lo hubiera patentado. Pablo Prigioni dio una nueva lección lejos de los focos y de los halagos. Sin su batuta la remontada se hubiera quedado en intentona y Siena seguiría siendo sólo la capital de la Toscana y una de las ciudades más bellas de Italia y de Europa.
Ahora, gracias a esta hombrada de todo el equipo y también de su entrenador que encontró la fuga antes de que el barco se acabara de hundir, Siena será a partir de ahora lugar de culto para el madridismo especialmente si no es sólo un oasis en el camino que aún queda para obtener algún título.
Eso sí, si el Real quiere que éste no sea un partido más deberá acabar tarde o temprano con esa pesadilla que se le repite cada pocos meses con cara de Navarro, Morris, Grimau,... Ahora en febrero hay una nueva oportunidad.
UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
1 comentarios:
Bueno, a este partido le veo muchas lecturas. Primero que Messina se ha replanteado las cosas de nuevo. Se ha dejado de tonterias y de vacas sagradas, y si se tiene que dejar un millon de euros sentados durante 30 minutos se le deja y punto, si se tiene que dar de baja a Garbajosa se le da, y si se tiene que confiar en un ex-colegial y en un joven montenegrino nacionalizado, se confia. La falta de confianza, creo yo que empezaba porque el porpio coach del madrid no la tenia en el mismo, hasta que la ha recuperado, y hace las cosas en las que el cree, sin renunciar a sus ideales, o a sus principios (te suena de algo Juanjo?). Ese es uno de los puntos que veo yo. Luego, el equipo necesita defender, i como defienden los cabritos cuando quieren, ya dicen los entendidos de esto que para defender es un 10% talento y un 90% de voluntad i sacrificio. Yo vi la cosa de otro modo al que explicas tu, el bajón físico del Sienna, se devió en parte al augmento agresivo en defensa de los de Messina, i el dominio del rebote, ahi se causaba desconfiança en el ataque italiano, lo que se traducia en nerviosismo defensivo, i los 5 minutos electricos del Chacho, mas el regreso de la inteligencia de prigioni i el acierto de los aleros madrileños termino en un auge de moral impresionante, i moral añadida a calidad, es victoria casi segura. Pero en mallorquin hay una frase que dice, "una flor no fa estiu" que no se exactamente como es la misma frase en castellana, pero creo que es "no es suficiente un grano para una montaña de arena o algo así. Yo de momento, veo una buena evolución, pero me sigue asustando la irregularidad de sus jugadores.
Ya veremos a ver, ser del barça i no tener motivación de ver un derbi, se me hace dificil, así que espero que el madrid empiece a plantar batalla desde este momento.
Un abrazo a todos.
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