“Detén el tiempo en tus manos, haz de esta noche perpetua, para que nunca se vaya de mí, para que nunca amanezca”.
Probablemente ninguno de los presentes el 4 de junio de 1976 en el mítico Boston Garden conociera la letra del bolero, pero todos podrían haber recitado estos mismos versos deseando que aquella bendita noche no hubiera acabado nunca.
Los Celtics llegaban a la final como claros favoritos y sabiendo que, pronto, su ciclo victorioso tocaría a su fin. Sin embargo, tras cuatro partidos la serie se encontraba igualada ante unos Phoenix Suns que consideraban el mero hecho de estar en la final como un sueño hecho realidad.
Curiosamente, Paul Westphal, antiguo jugador de los Celtics, era una de las principales figuras del equipo de la capital de Arizona, un equipo que había movilizado a toda la comunidad en Phoenix no sólo por sus éxitos deportivos, sino también por los valores que transmitían.
La serie llegaba a este decisivo partido bastante caliente. Red Auerbach criticó el comportamiento parcial de Brent Musburger, locutor de la CBS, al que declaró totalmente favorable a los Phoenix Suns durante el tercer y cuarto partido.
Pese a ser uno de los partidos más legendarios de la historia del baloncesto no fue precisamente igualado a lo largo de los 48 minutos. Boston alcanzó una ventaja de 22 puntos, pero Paul Westphal entró en una especie de trance siendo incapaz de fallar un solo tiro e igualando el choque. El Boston Garden contenía la respiración. Los míticos Celtics no podían caer, no en su propia casa.
De nuevo los verdes, durante el último cuarto, parecían tener controlado el choque. De hecho, en el banquillo de los Suns escuchaban cómo el público bromeaba distendido dando por segura la victoria de su equipo. Pero los Suns alcanzarían su primera ventaja en el marcador a falta de 23 segundos. Havlicek empataría a falta de 19 y se llegó a la prórroga. La primera.
Los de Boston de nuevo dominaron el período extra, pero desecharon una ventaja de 4 puntos. A falta de 4 segundos Paul Silas pidió un tiempo muerto para los verdes que no disponían de ninguno. El mítico árbitro, Richie Powers, decidió ignorar la petición de Silas en vez de pitar una técnica, algo que en la ciudad de Phoenix aún duele al recordarlo. Siendo preguntado, hoy, por aquella jugada el bueno de Paul reconoce que pidió el tiempo muerto, pero que el árbitro no lo vio o no quiso verlo.
Se llegó entonces a la segunda prórroga. En ella, a falta de cinco segundos los Suns dominaban por un punto. Entonces Hondo (John Havlicek) anotó un increíble tiro a tabla entrando todo el pabellón en ebullición. Partido ganado y todos al vestuario. Al menos eso parecía. Ya muchos jugadores se habían quitado sus zapatillas cuando el árbitro ordenó que aún restaba 1 segundo por jugar, momento en el que varios aficionados intentaron agredirle.
Intentos de violencia aparte, los Celtics reaparecieron. No había demasiado problema. Un segundo y sacando de fondo los Suns la victoria era un mero trámite. Entonces, Paul Westphal (actual entrenador de los Kings) pidió un tiempo muerto a sabiendas de que no disponían de ellos. Técnica y tiro libre para los Celtics (que anotarían), pero saque en medio campo. Jugada maestra. Demostración de inteligencia en momentos en que pocos piensan. El entrenador de los Celtics llegó a declarar “nunca pensé que nadie se beneficiara de una ilegalidad, pero ellos lo hicieron”.
Y tras la inteligencia y la ilegalidad, el talento. En ese segundo Heard recibió el balón a unos seis metros de canasta. Se giró en el aire y el balón besó la red. Tercera prórroga.
Entre el cansancio y los eliminados por faltas, Glenn Macdonald, suplente de los Celtics se erigió en estrella indiscutible del tercer período extra para, con 6 puntos, apuntillar a los Suns.
Boston vencería en el sexto partido y casi fue lo mejor que podía pasar porque, de lo contrario, el séptimo partido habría sido calificado de máximo riesgo.
Una noche inolvidable, de esas, que como dice el bolero, nunca quieres que termine. Esperemos que en esta temporada que está a punto de comenzar haya muchas noches como ésta.
UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS
3 comentarios:
Recuerdo haber oido esa historia otras veces, sin duda, una autentica demostración de lo que significa nuestro deporte, con el rugby, uno de los más completos sin duda, aunque haya cazurros como los serbios, griegos, chinos, etc, que se empeñan en entorpecerlo de vez en cuando con sus malas actuacions extradeportivas.
Sabes Juanjo, que yo no soy demasiado aficionado a la NBA (no por ello la desprestigio...) pero sin duda, creo que no sera fácil ver otro partido de ese calibre. Habrá de igualados, hasta seguramente alguno con mas prórrogas, pero dudo que hoy dia, se imponga la inteligencia a la destreza tecnica-fisica. Pero bueno, esa es mi humilde opinión.
Espero que disfruteis, como de momento, lo hago yo con la ACB.
Un abrazo a todos.
Increibles canastones de Westphal y mejores decisiones tácticas del que fue también el mítico entrenador de los mismo Phoenix Suns de Barkley.
Indecente el favoritismo del árbitro con los Celtics al no pitar la técnica de la prórroga.
Y sin duda un partidazo antológico, claro que en aquella época lo de defender era un trámite burocrático más que una acción física. jejejeje
Por otro lado como gracieta diré que es curioso que el mayor representante de los Verdes Celtics, se llame RED...
Abrazos!!
Lo de la técnica me ha matado, creo recordar que una vez el Madrid se metió canasta en la suya para perder por 2 y evitar la prórroga, he comparado ambas situaciones. La magia de los últimos tiros es especial, parece que en cada décima de segundo cabe muchísimo tiempo.
Un saludo :)
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