Regreso a la oficina


Cuando me preguntan por el motivo principal de la victoria del cadete masculino de los Trinitarios en todas las competiciones en que participamos en 2010 mi respuesta es clara: “Demostramos que amamos más este deporte que el resto de equipos”.

Obviamente hubo muchos otros aspectos técnico-tácticos, actuaciones individuales grandiosas y aportaciones más discretas pero esenciales que marcaron nuestro triunfo. Pero la clave fue desear más el título y amar más y mejor el baloncesto que los demás.

Quizá alguno de vosotros puede pensar que soy demasiado presuntuoso al afirmar esto, pero no lo soy. Cómo, si no, se explica que un 26 de julio, fecha de tradicional recreo, de piscinas repletas y cuerpos bronceándose al sol, estos chicos se comprometan a iniciar los entrenamientos para la próxima temporada, a sudar la camiseta para tratar de lograr una meta que se presenta, hoy, muy lejana en el tiempo.

Muchos chicos cambian de categoría. Nuestros líderes dentro y fuera de la cancha pasan a la edad junior con la intención de demostrar que su talento puede lucir también ante defensas más preparadas y cuerpos más potentes. Sé que lo harán bien.

Los que se quedan saben que el reto es importante. Defendemos título. Conocemos el sabor del triunfo y queremos volver a degustarlo. Repetir será complicado no sólo por el cambio generacional, sino también porque los Trinitarios ya no son un desconocido más en la esfera del baloncesto en Salamanca. Nos hemos hecho un nombre.

Podemos y debemos ser referentes como competidores y sobre todo como deportistas. Hay equipos que pierden incluso cuando ganan y perdedores que se granjean el cariño y la admiración de todos. Lo ideal, y por lo que lucharemos, es ser caballeros en la victoria demostrando en cada acción que no basta con anotar más puntos que el rival, sino que será necesario parafraseando a Don Miguel de Unamuno, no sólo vencer, sino también convencer.

Convencer aceptando decisiones arbitrales discutibles, ayudando al oponente herido y demostrando ser un equipo respetuoso con las reglas escritas y, especialmente, con las no escritas del juego, las que han hecho de este deporte ese lenguaje universal del que todos los que lo practicamos nos sentimos tan orgullosos.

Decía el libertador sudamericano Simón Bolívar “para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios”. Parece que el equipo cadete de los Trinitarios tiene aprendida la lección. Ahora sólo es necesario pasar de las vacuas palabras a los imborrables hechos.

Y es que como diría el gran jugador de golf sudafricano Gary Player (aunque se la han adjudicado a mucha más gente aplicada a muchos otros campos) “cuanto más practico más suerte tengo”. Llamemos, pues, a la suerte.


UN ABRAZO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Suerte para la temporada. A ver si nos hablas sobre el segundo rumor del verano. Chris Paul a los Knicks?. Un abrazo,

NCAA fan

Anónimo dijo...

juanjo tio, eres un crackme tengo que pasar algun dia a jugar y entrenar con vosotros , que aun que cambie de equipo no se olvida esta temporada con los trini
espero que tengais mucha suerte esta temporada y que ganeis todo de nuevo
si necesitais ayuda para los entrenamientos o para ir algun dia a algun partio en plan segundo entrenador, estoy disponible :P
por cierto, a ver si haces una entrada con el resumen de la temporada pasada, las finales y todo... SERIA IMPRESIONANTE!

ruben :D

JJ Nieto dijo...

Eres un miembro más del equipo, ya lo sabes. Si siguiéramos costumbres americanas tu camiseta habría sido retirada y colgaría del pabellón del colegio. Ah, que no tenemos pabellón jeje. Te vas como máximo anotador, reboteador y asistente de la historia del equipo y tardarán mucho en superarte jeje. Eres todo un Wilt Chamberlain. Te faltan algunas mujeres hasta las 20.000, pero espero que ese record no lo consigas jaja. Un abrazo crack.

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