En la NBA, si quieres ser considerado un gran jugador, debes ser conocido o por tu dorsal o por uno o varios sobrenombres basados en tus cualidades de juego o en un ingenioso juego de palabras con tu nombre o apellido.
Muchos son fruto de la pluma de los mejores analistas norteamericanos, otros surgen de manera espontánea en los vestuarios de los equipos de instituto o en la universidad. Algunos son autoimpuestos por vanidosos jugadores al más puro estilo Carlo Magno y, probablemente, los mejores han salido de la boca de Shaquille O´Neal. Éstos son algunos ejemplos.
Gilbert Arenas es conocido como “Agente Cero” porque un entrenador de instituto le vaticinó 0 minutos de juego en la NBA (para la sorpresa de dicho técnico Arenas ha sido tres veces All Star).
Tim Duncan ha sido apodado “The Big Fundamental” por razones obvias. Es difícil moverse mejor en el poste bajo.
Kevin Garnett ha sido desde su primer año en la liga “The Big Ticket” porque su sola presencia bastó para llenar el Target Center de Minneapolis durante su año de rookie. Sin embargo, hubo de reunirse con Paul Pierce y Ray Allen en Boston para ganar su primer anillo.
Allen Iverson es The Answer. Se lo pusieron sus amigos porque siempre le consideraron “la respuesta” al conformismo de la liga en un momento de clara crisis de talento cuando se buscaban sucesores a Jordan tras su primera retirada (aunque la llegada de Iverson a la liga ya coincidió con la primera temporada completa de Jordan).
Al Jefferson es The Big Classic porque sus movimientos son propios de la vieja escuela.
Shawn Marion es The Matrix porque sus gestos en el aire se parecían a los de Neo en la famosa trilogía de los hermanos Wachowski (yo no llegué a conocer a ese Shawn Marion, si es que alguna vez existió, así que me quedaré con el mote que le puso Montes de “Batata Marion” por su forma de tirar)
Andrei Kirilenko es AK-47, acrónimo del fusil de asalto soviético diseñado por el combatiente ruso Kaláshnikov (no será por lo bien que tira el jugador ruso con un 30,7% en triples durante su carrera).
Shaq siempre ha defendido que él es el original Superman y de ahí en parte su rivalidad con Dwight Howard. De hecho tiene tatuado al superhéroe en el brazo. Pero Shaq no tiene excesivos problemas para recibir pseudónimos. Algunos le conocen como Diesel por el poder y resistencia que caracterizan a su motor. Su “nick” favorito, paradógicamente, es Wilt Chamberneazy, con el que le bautizó Kobe Bryant (la Mamba Negra) queriendo compararle con Wilt Chamberlain.
Paul Pierce es “The Truth” desde que el propio Shaquille le bautizara tras un partido entre los Lakers y los Celtics que ganarían los de oro y púrpura. El Gran Aristóteles (otro de los apodos de O´neal) le dijo a un reportero de Boston “Escúchame, Paul Pierce es la pura verdad. Sabía que podía jugar bien, pero no de esta forma”.
Brandon Roy es “The Natural” por su facilidad para jugar al baloncesto.
Anderson Varejao es “el actor secundario Bob” por su parecido con el personaje de los Simpson obsesionado con vengarse de Bart.
Dwyane Wade es apodado como Flash gracias también a Shaq que cantó en honor a Wade aquella canción de Queen “you are the savior of the universe”, banda sonora de la película Flash Gordon.
Aunque algunos representan muy bien la esencia del portador nada tienen que hacer con aquellos con los que durante diez años nos deleitó el gran Andrés Montes y sobre los que un día escribiré para llamar a la nostalgia de aquellos años en los que la NBA nos enamoró no solo por el producto en sí, sino también y sobre todo por el negrito que la comentaba. Aquí un ejemplo de su capacidad de convertir un partido de baloncesto en una especie de orgía.
Os animo a que participéis recordando motes que pasarán a la historia o que os traigan grandes recuerdos. A mí siempre me encantó el que le pusieron en su momento a Hakeem Olajuwon, The Dream.
UN SALUDO Y BUEN BALONCESTO PARA TODOS